Y CON LA FAMILIA... ¿QUÉ HAGO?

Una familia no se mide por el número de sus miembros,
sino por la unión que hay entre ellos




En la práctica de nuestro trabajo nos encontramos con todo tipo de familias, desde las más implicadas y colaboradoras con la dinámica del aula, hasta las que no participan más que en contadas ocasiones, pasando por todos los casos intermedios.
Hay un modelo de familia para cada alumno y alumna, y su forma de enfrentarse y admitir el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad también obedece a toda esa variedad.

En el Libro Blanco sobre TDAH se señalan los pasos que deben darse y que por supuesto deben contar en todo momento con la colaboración de la familia.

 

 

Cuando el alumno o alumna aún no han sido diagnosticados, pero encontramos ciertos rasgos que nos hacen sospechar que pudiéramos estar ante un TDAH, es fundamental la forma de comunicárselo a la familia, para contrastar la información y pasar a una segunda fase que sería de exploración y diagnóstico.

En muchos casos la familia también vive en una situación de continuo conflicto en casa y son ellos los que se sienten aliviados al ver que su problema puede deberse a un trastorno y que puede ser trabajado en beneficio de su hijo o hija y para mejorar la convivencia.

Otras veces nos encontraremos con la negación del problema y veremos que los padres "prefieren" pensar que tienen un hijo travieso y que ya madurará.... Es humano y comprensible que no quieran ver la realidad del problema, y que la palabra "trastorno" suscite miedo.

En ambos casos creo que lo mejor es transmitir a la familia cómo se comporta el alumno en clase, qué dificultades presenta y cuáles están siendo sus problemas. Después insistir en que la opinión de los especialistas en estos casos siempre "nos sacará de dudas" y así podremos actuar de acuerdo a una realidad concreta.

Cuando se realiza la pertinente evaluación por parte de psiquiatras, psicólogos y expertos y se diagnostica el TDAH es cuando llega el momento de coordinar el trabajo entre profesores, familia y sistema sanitario.

Será necesario encontrar una forma de coordinación y trabajo en equipo que comprometa a las tres partes implicadas, de forma que el trabajo de unas refuerce el de las otras.

 

Formas de colaboración entre familias y escuela 

 



Dado que los alumnos con TDAH van a tener una adaptación curricular en el centro para ayudarles a adquirir hábitos y habilidades de trabajo, es importante que esta tarea tenga una continuidad en casa, tanto por parte de las familias, como de los expertos que ayuden a los alumnos al finalizar el tiempo escolar.

En el trabajo diario, es fundamental que las familias:

• Revisen las agendas y comprueben las tareas que tienen que realizar 
• Conozcan el planning que se le ha hecho al alumno, con las tareas y los tiempos asignados para ellas
• Colaboren en la realización de los trabajos, marcando lo que van haciendo y procurando cumplir la programación
• Ayuden a revisar el material escolar: agenda, cuadernos, mochila, etc, 

 De cara a la realización de exámenes y pruebas de evaluación:

• Conozcan las fechas y la programación de los exámenes
• Sepan los contenidos que deben trabajarse para cada examen y asignen tiempos parciales a esos contenidos para trabajarlos en su totalidad
• Repasen los contenidos dada la facilidad con la que estos alumnos olvidan cosas
• Practiquen diferentes tipos de pruebas para que el alumno esté "entrenado"

Es evidente que todo este trabajo es imposible de realizar si no hay una constante comunicación y voluntad de colaboración con el centro y con los orientadores. Por ello es lógico que deben realizarse entrevistas de seguimiento para que ambas partes sepan qué medidas están funcionando y reforzarlas, y cuáles no están teniendo éxito y corregirlas.

Ante la dificultad de la tarea y los posibles fracasos que vayamos encontrando por el camino es conveniente recordar la frase de Mahatma Gandhi:

Perder la paciencia es perder la batalla.